En la Iglesia Católica lo tengo todo!

Escrito por Bertha Melendres

Porque Soy Católica

Cuando me pregunto por qué no he dejado o me alejo de la Iglesia Católica, como tantas personas que optan por buscar su felicidad o comodidad fuera de la Iglesia y lejos de la fe por una y mil razones. Pienso en el tesoro tan preciado que ellos dejan por aventurar por la vida, buscando algo, que les llene y que les haga sentir plenos. Creo que lo dejan todo por casi nada. Porque en la Iglesia tenemos lo que no podrán encontrar en ningún otro lugar, Para empezar se y estoy segura de que el mismo Dios, el creador de todo el universo, de las galaxias enteras, el creador de las grande  montañas, los mares inmensos, el que hizo toda clase de animales,  árboles y plantas, el creador de hasta la más pequeña célula en la huella de mis dedos, o en la pupila de mis ojos. Ese creador omnipotente que me ama más que a los mismos ángeles, ese creador que se entrega por mi totalmente, está verdaderamente presente en ese pedacito de pan y en el vino que se nos ofrece todos los domingos y durante la misa todos los días en la Sagrada Eucaristía.

Pienso en el amor tan perfecto de Jesús quien a través de su sacrificio de amor nos regala a la Iglesia, que somos cada uno de nosotros, su cuerpo místico que continua realizando su obra salvífica hoy, aquí en nuestro entorno, en nuestra sociedad. Esta Iglesia en donde podemos recibir de El mismo en el Sacramento del altar, en donde podemos ser bautizados, aceptados y abrazados como sus hijos, porque ya no somos huérfanos sino sus hijos. Esta Iglesia en donde podemos ser perdonados en el sacramento de la reconciliación. Esta Iglesia que nos ofrece los sacramentos de la Confirmación, de la Unción de los enfermos, el matrimonio y el orden Sacerdotal. Sin los cuales no habría Iglesia.

Pienso en como el Espíritu Santo ha vivificado y santificado a la Iglesia desde que fue fundada en aquel cuarto en donde se encontraban sus amigos y discípulos, temerosos por sus propias vidas el día de pentecostés. Y como por casi 2000 años El Espíritu Santo ha mantenido viva a la Iglesia a pesar de nuestra maldad y falta de amor, a pesar de la mediocridad de algunos de sus dirigentes, que quizás no han sabido guiar al rebaño y que han cometido errores muy graves. Pero la Iglesia ha sobrevivido a través de los siglos porque no es la Iglesia de Pedro, ni de Pablo o de ningún Papa. Es la Iglesia de Cristo, la Iglesia del Espíritu Santo, la Iglesia de Dios Padre, la Iglesia del verdadero Dios uno y Trino.

Pienso en las bellas almas a las que llamamos Santos empezando en la Virgen María, nuestra madre del cielo y la propia madre de Jesús. En nuestros hermanos y hermanas que dieron sus vidas para que tú y yo conociéramos a Cristo y tuviéramos una Iglesia. Por lo tanto si me alejara de la Iglesia y de Dios, sé que estaría bacía por dentro como dice San Agustín, porque todos tenemos un hueco en nuestra alma que solo Dios puede llenar, tenemos un deseo intenso por lo espiritual, por el mismo Dios. Porque a él le pertenecemos y porque somos seres espirituales creados a su imagen y semejanza. Como podría entonces estar fuera o desconectada de aquel que me da la vida, del que la sostiene cada día,  aquel que me da mi identidad y al que voy a regresar algún día. Ser Católico es aventurarse en el misterio de la fe, la cual se nos ha dado gratuitamente y sin merecerla. Como católicos fuimos llamados a descubrir y  amar a el que está en el centro de todo, al mismo Jesucristo verdadero Dios y verdadero hombre por quien se vive como nos recuerda nuestra Señora de Guadalupe.

Bertha Melendres es Directora Diocesana del Ministerio Hispano.