My encounter with Christ – Mi encuentro con Cristo

Editor’s note: The Spanish translation appears below.

BECAUSE I AM CATHOLIC!
BY SANDRA PATRICIA BAZALDUA

I grew up in a Catholic family, although Mom was never very active in the parish; nor did we attend Mass every Sunday; she had to work; she was the only breadwinner. But within her occupations, she was attentive that I received the sacraments; she taught me to have faith and how to pray; as well as to attend Mass on feast days. Because of my lifestyle and different circumstances, I moved away from God.

When I turned 16, a friend invited me to live a Youth Cursillo. My priorities at that time were not clear, so I did not agree. She kept insisting, and I continued to refuse. One day I told her, "If you want me to accompany you, I need to know what awaits me there. You want to lock me up for three days without giving me any idea of what I will do;" but she insisted that I should live it.

Then, I proposed that she take me to the youth prayer meetings first. She explained to me that this was not possible because that would come after living the Cursillo. Seeing that I was relentless, she managed to take me to one of those meetings. When I was there, I felt out of place because, at 16, my concerns were not exactly praying, reading the Bible, listening to the explanation of the verses read and singing songs of praise on a Saturday night. Yet it was there, at the end of the meeting, in a part of the praise, that listening to one song in particular made me feel so many mixed emotions and such a need to know more about God. I could say that it was right there that God called me to seek Him, to love Him and to feel that desire to have Him in my life.

After that, I was calling my friend to take me back to the meeting the following Saturday. After five months, I had the opportunity to live my first Youth Cursillo, #69. It was an unforgettable experience that transformed my life.

From that moment, I did not want to leave again from the presence of God. I decided to serve Him so that many more young people would know Him and live that wonderful experience. I served in the following youth Cursillos, #70-#75, just as I continued to attend prayer meetings every Saturday; traveled to missions during Holy Week; and did various apostolates throughout the year – caring for the sick, adopting a grandparent in the asylum, working to bring gifts to children in need,  etc.

God has given me many signs of his love throughout my life, I do not stop thanking Him for that friend he put on my path, to find him.  I feel very fortunate to have met Him at such a young age. However, I will never stop thanking God thank for the family that I was born into because they have been great teachers for my  life – with their numerous virtues and errors too – just as  the majority of humans, and just the way God loves us, even  being sinners.

Sandra serves as Latino Pastoral Assistant at Evansville’s Holy Rosary Parish.

 

Mi encuentro con Cristo

PORQUE SOY CATOLICO!
BY SANDRA PATRICIA BAZALDUA

Crecí en una familia católica, aunque mamá nunca fue muy activa en la parroquia, ni tampoco asistíamos cada domingo a misa, ella tenía que trabajar, era el único sostén de casa. Pero dentro de sus ocupaciones, estuvo pendiente, para que yo recibiera los sacramentos, me enseñó a tener fe y a rezar, así como a asistir a misa en días de fiesta. Por el estilo de vida y diferentes circunstancias, me aleje lo poco que me había acercado a Dios.

Cuando cumplí 16 años, una amiga me invitó a vivir un Cursillo de jóvenes, mis prioridades en ese momento, no eran claras, así que no accedí, ella siguió insistiendo y yo seguí negándome. Un día le dije: “para que yo pueda acompañarte, necesito saber qué es lo que me espera ahí, quieres encerrarme tres días, sin yo tener idea de que haré” pero ella insistía en que debía vivirlo.

Entonces yo le propuse que me llevará primero a las reuniones de oración juvenil, pero ella, me explicó que eso no era posible, pues eso vendría después de vivir el Cursillo. Al ver que no sedía, logro llevarme a una de esas reuniones. Cuando estuve ahí, me sentía fuera de lugar, ya que a los 16 años mis inquietudes no eran precisamente estar un sábado por la noche, orando, leyendo la Biblia, escuchando la explicación de los versículos leídos y haciendo alabanzas. Sin embargo fue justo ahí, al final de la reunión, en esa parte de las alabanzas, cuando al escuchar una en particular, me hizo sentir tantas emociones encontradas y tanta necesidad de conocer más sobre Dios. Podría decir, que fue justo ahí, donde Dios me llamó a buscarle, amarle y sentir ese deseo de tenerlo en mi vida.

Al siguiente sábado era yo, la que estaba llamando a mi amiga, para que me llevará nuevamente a la reunión. A los 5 meses tuve la oportunidad de vivir mi primer Cursillo de jóvenes #69 fue una experiencia inolvidable que transformo mi vida.

A partir de ese momento no quise volver a alejarme, de la presencia de Dios y decidí servirle, para que muchos jóvenes más le conocieran y vivieran esa maravillosa experiencia. Serví en los siguientes cursillos para jóvenes del #70 al #75 al igual que seguía asistiendo a las reuniones de oración cada sábado, viajaba a las misiones en semana santa y hacíamos diversos apostoládos en el transcurso del año, cuidar enfermos, adoptar un abuelito en el asilo, trabajar para llevar regalos a los niños con necesidades económicas, etc.

Dios me ha dado muchas muestras de amor a lo largo de mi vida, no dejo de agradecer por esa amiga que puso en mi camino, para llegar a él.  Me siento muy afortunada de haberle conocido a tan temprana edad. Sin embargo no dejo agradecer a Dios por esa familia en la que me permitió nacer, porque han sido grandes maestros de vida, con sus numerosas virtudes y sus errores también, así como somos la mayoría de los humanos y así como nos ama Dios, siendo pecadores.

Sandra se desempeña como asistente pastoral latina en la parroquia Holy Rosary de Evansville.