THE BISHOP’S CORNER
MOST REV. JOSEPH M. SIEGEL
Editor’s note: The Spanish translation of this column appears below the English.
Nota del editor: La traducción al español de esta columna aparece debajo del inglés.
The past couple of months, since the Supreme Court’s Dobbs decision overturned Roe v Wade, have been a tumultuous-yet-hopeful time in our country. For the first time in almost 50 years, states have the ability to pass laws to protect the lives of the unborn and care for their mothers and families. We are blessed that the state of Indiana has made a significant step in that direction with the passage of recent pro-life legislation signed by the Governor. With God’s help and guidance, the Catholic Church, both nationally and locally, has and will continue to play a significant role in working to restore the right to life of children in the womb, and helping women and their families who are facing crisis pregnancies.
This is certainly the case in the Diocese of Evansville. Through the work of various diocesan offices, we are committed to promoting a culture of life in southwest Indiana. The Office of Family and Life collaborates with crisis pregnancy centers throughout our 12 counties, working with the Knights of Columbus to provide ultrasound machines to these centers. The Office also supports parishes in their efforts to “Walk with Moms in Need” and is working with parishes to expand the Gabriel Project, which supports families with infants and young children who are facing financial need. The diocese also hosts the annual Respect Life Celebration each October, which promotes awareness of the dignity of human life from conception until natural death and encourages greater involvement at all levels in this important work. For many years, the Office of Youth and Young Adults has sponsored the Pilgrimage for Life, which has traveled to Washington, D.C., for the March for Life each January 22, to mark the Roe v Wade decision. Thousands of young people have participated in the Pilgrimage which has helped to form what is now called the pro-life generation. The Diocese is also strengthening the relationships of foster care and adoption agencies with parishes to broaden awareness of the needs of these children and to support parents and families who have generously undertaken the special calling to provide homes for these young ones.
Beyond working to end abortion, our diocese also ministers to those who have experienced the tragedy of abortion in their lives. Project Rachel is a post-abortion healing ministry. Trained volunteers answer the Project Rachel hotline, and priests and Catholic therapists are available to provide pastoral and professional counselling. We are also initiating the RedBird ministry, which supports all parents who have lost children.
Of course, Catholic Charities offers a wide range of programs to support life at all its stages. They provide direct assistance to those in need, life-skills education to help persons move from financial dependency to self-sufficiency, counseling, immigration legal services, and a job training program to help participants learn the skills to enter the job market and maintain employment.
Through our diocesan participation in the Indiana Catholic Conference, we are able to have a voice in the State Capitol on legislation and policies that impact the daily lives and welfare of all our people at every stage of life.
This important work for life is only possible due to your generous contributions to the Catholic Parishes Campaign each year, which supports these and so many other ministries of our Diocese. The Diocese of Evansville is our local Church family, which is made up of 46 parishes, numerous schools and various institutions that serve our more than 75,000 Catholic people. The diocesan offices are here to support the work of these entities, providing resources they could not provide on their own. From Family and Life, to Catholic schools; from support for seminarians to the Marriage Tribunal; our hard working directors and staff are committed to promoting the Gospel and assisting our people within the Church and beyond.
There is much yet for our diocese to do in the work of evangelization and catechesis, service to the needy, promoting the dignity of all human life and fulfilling the many other demands of the Gospel. As we move forward, I hope you will support these good works by contributing generously to the Catholic Parishes Campaign.
Mary, Mother of the Church, pray for us.
A través del CPC — ayudando a construir una cultura de vida
EL RINCÓN DEL OBISPO
MÁS REV. JOSEPH M. SIEGEL
En los pasados dos meses, desde que la decisión Dobbs de la Corte Suprema anuló la sentencia Roe vs. Wade, hemos vivido un tiempo tumultuoso pero a la vez lleno de esperanza en nuestro país. Por primera vez en casi 50 años, los estados pueden aprobar leyes para proteger las vidas de los nonatos y cuidar de sus madres y familias. Estamos bendecidos de que el estado de Indiana haya dado un paso importante en esa dirección con la aprobación de la reciente legislación pro-vida firmada por el Gobernador. Con la ayuda y guía de Dios, la Iglesia católica, tanto a nivel nacional como local, ha tenido y continuará teniendo un papel significativo en la labor de restaurar el derecho a la vida de los niños en el vientre, y en ayudar a las mujeres y sus familias al enfrentar crisis en sus embarazos.
Este es ciertamente el caso en la Diócesis de Evansville. A través del trabajo de varias oficinas diocesanas, estamos comprometidos a promover una cultura de vida en el suroeste de Indiana. La Oficina de Familia y Vida colabora con centros de crisis de embarazo a través de nuestros 12 condados, trabajando con los Caballeros de Colón para proveer máquinas de ultrasonido a estos centros. La oficina también apoya a las parroquias en sus esfuerzos de “Caminar con las Madres Necesitadas” y está trabajando con parroquias para expandir el Proyecto Gabriel, que financia a familias con bebés y niños pequeños que enfrentan necesidades financieras. La diócesis también alberga la Celebración de Respeto a la Vida cada octubre, que fomenta la toma conciencia de la dignidad de la vida humana desde la concepción hasta la muerte natural y anima a una mayor participación en todos los niveles de esta importante labor. Por muchos años, la Oficina de Jóvenes Adolescentes y Jóvenes Adultos ha patrocinado la Peregrinación por la Vida, que ha viajado hasta Washington D.C., por la Marcha de la Vida cada 22 de enero, para marcar la decisión Roe vs. Wade. Miles de personas jóvenes han participado en la Peregrinación que ha ayudado a formar la generación a la cual hoy llamamos pro-vida. La diócesis también está reforzando las relaciones de cuidado tutelar y agencias de adopción con las parroquias para crear mayor conciencia acerca de las necesidades de estos niños y para apoyar a padres y familias que generosamente han asumido el llamado especial de proveer hogares para estos jóvenes.
Más allá de trabajar para terminar con el aborto, nuestra diócesis también se ocupa de aquellos que han pasado por la tragedia del aborto en sus vidas. El Proyecto Raquel es un ministerio de sanación postaborto. Hay voluntarios entrenados que atienden la línea directa del Proyecto Raquel, y hay sacerdotes y terapeutas católicos disponibles para proveer tratamientos pastorales y profesionales. También estamos iniciando el ministerio RedBird, que apoya a todos los padres que han perdido a sus niños.
Por supuesto, las organizaciones benéficas católicas ofrecen una amplia variedad de programas para apoyar la vida en todas sus etapas. Proveen asistencia directa a los necesitados, educándolos sobre capacidades básicas para la vida para ayudar a las personas a pasar de la dependencia financiera a la autosuficiencia, terapia, servicio legal de inmigración, y un programa de entrenamiento de trabajo para ayudar a los participantes a aprender las habilidades para entrar al mercado de trabajo y mantener su empleo.
A través de nuestra participación diocesana en la Conferencia Católica de Indiana, nosotros podemos tener una voz en el Capitolio del Estado sobre las legislaciones y políticas que impactan la vida diaria y el bienestar de toda nuestra gente en todas las etapas de la vida.
Este importante trabajo por la vida es posible solamente gracias a sus generosas contribuciones a la Campaña de las Parroquias Católicas cada año, que apoya a este y a muchos otros ministerios de nuestra diócesis. La Diócesis de Evansville es nuestra Iglesia local de familia, que está compuesta de 46 parroquias, numerosas escuelas y varias instituciones que sirven a nuestra gente católica, que son más de 75,000 personas. Las oficinas diocesanas están aquí para apoyar el trabajo de estas entidades, proveyendo recursos que no podrían haberse dado sin esta cooperación. Desde Familia y Vida, hasta las Escuelas Católicas; desde el apoyo a seminaristas al Tribunal de Matrimonio; nuestros dedicados directores y personal están comprometidos a promover el Evangelio y a asistir a nuestra gente dentro de la Iglesia y más allá de ella.
Hay mucho todavía en nuestra diócesis por hacer en el trabajo de evangelización y catequesis, el servicio a los necesitados, el promover la dignidad de toda la vida humana y cumplir las muchas otras demandas del Evangelio. Al seguir avanzando, espero que ustedes apoyen estas buenas obras contribuyendo generosamente a la Campaña de Parroquias Católicas.
María, Madre de la Iglesia, ruega por nosotros.