Editor’s note: The Spanish version of Bishop Siegel’s Christmas message appears below.
Beloved in Christ,
In the familiar story of Christ’s birth from the Gospel of St. Luke, the angel proclaims to the shepherds that the Christ Child in the manger is to be a sign to us (Lk 2:12). He is a sign of God’s faithfulness, sending the Messiah long promised by the prophets. He is a sign that God has sanctified human life by becoming one of us in Jesus. He is a sign that we never have anything to fear, for God is with us, Emmanuel, now and always.
Into the poverty of a stable and into the fragility of human life, a Savior is born for us, wrapped in simple blankets and laid in a trough full of hay. Into the poverty and fragility of our lives, Jesus is born for us to bestow His courage, joy and new hope. Into the poverty of a world of violence, division and injustice, Jesus is born anew to bring peace, harmony and love. Into the fragility of sickness, grief, anxiety and sin, He comes to minister healing, security and forgiveness.
The presence and power of God may not always appear obvious to us, but He is always with us and at work in our world and our lives. This Feast of Christmas invites us to renew our trust that God is with us in Jesus, at all times and in all places, dwelling within the crib of our hearts. Yet for the Incarnation to be complete, we must bring Christ to birth in our world by making His presence and influence felt by all those whose lives we touch, not just during this holiday season, but every day of the year.
As we gaze upon the Nativity scenes in our homes and in our church and reflect on the Christmas story, let us recall with devotion that the same Christ who was born in Bethlehem is with us here and now, in the Eucharist, the Sacraments, the Scriptures, our prayer and in each other. This is what we celebrate in a special way in our Masses on Christmas and throughout the Christmas season.
As I celebrate Christmas Mass, I will pray that the Lord will bless each of you with renewed faith and hope as we recall the tremendous love of God, revealed in the Child born for us in Bethlehem and who continues to be born in our hearts today.
On behalf of Bishop Gettelfinger and the entire Diocesan Staff, I wish you and your loved ones a blessed Christmas and a joyous and healthy New Year.
Sincerely yours in Christ,
Most Rev. Joseph M. Siegel
Bishop
Queridos en Cristo,
En la conocida historia del nacimiento de Cristo del Evangelio de San Lucas, el ángel proclama a los pastores que el Cristo Niño en el pesebre debe ser una señal para nosotros (Lucas 2:12). Él es una señal de la fidelidad de Dios, enviar al Mesías prometido hace largo tiempo por los profetas. Él es una señal de que Dios ha santificado la vida humana al convertirse uno de nosotros en Jesús. Él es una señal de que nunca debemos temer a nada, ya que Dios está con nosotros, Emmanuel, ahora y siempre.
En la pobreza de un establo y en la fragilidad de la vida humana, un Salvador es nacido por nosotros, envuelto en simples cobijas y puesto a reposar en un comedero lleno de heno. En la pobreza y fragilidad de nuestras vidas, Jesús es nacido por nosotros para concedernos Su valentía, alegría y esperanza nueva. En la pobreza de un mundo de violencia, división e injusticia, Jesús es nacido de nuevo para traer la paz, la harmonía y el amor. En la fragilidad de la enfermedad, el dolor, la ansiedad y el pecado, Él viene a ministrar curación, seguridad y perdón.
La presencia y el poder de Dios pueden no siempre aparecernos obvios, pero Él está siempre con nosotros y trabajando en nuestro mundo y en nuestras vidas. Esta Fiesta de Navidad nos invita a renovar nuestra confianza en que Dios está con nosotros en Jesús, todo el tiempo y en todos los lugares, morando dentro de la cuna de nuestros corazones. Sin embargo, para que la Encarnación se complete, debemos traer el nacimiento de Cristo a nuestro mundo haciendo que Su presencia e influencia se sienta en todos aquellos cuyas vidas tocamos, no solo durante esta temporada festiva, sino también cada día del año.
Al contemplar las escenas de la Natividad en nuestras casas y en nuestra iglesia y reflexionar sobre la historia de la Navidad, recordemos con devoción que el mismo Cristo que ha nacido en Belén está con nosotros aquí y ahora, en la Eucaristía, los Sacramentos, las Escrituras, nuestra oración y en cada uno de nosotros. Esto es lo que celebramos de forma especial en nuestras Misas en la Navidad y a través de la temporada de Navidad.
Al celebrar la Misa de Navidad, oraré para que el Señor bendiga a cada uno de ustedes con fe renovada y esperanza mientras recordamos al tremendo amor de Dios, revelado en el Niño nacido por nosotros en Belén y quien continúa naciendo en nuestros corazones hoy.
En nombre del Obispo Gettelfinger y de todo el Personal Diocesano, les deseo a ustedes y a sus seres queridos una Navidad bendecida y un feliz y próspero Año Nuevo.
Sinceramente suyo en Cristo,
Reverendísimo Joseph M. Siegel
Obispo