Por el Padre Homero Rodríguez
Porque soy Catolico!
Un ateo famoso comentó una vez, «Creeré en Jesús el Redentor cuando los cristianos luzcan más redimidos».
Y la verdad, tiene algo de mérito su comentario. El Papa Francisco en su exhortación apostólica La Alegría del Evangelio, nos invita a renovar el espíritu de nuestro llamado a ser discípulos misioneros: ¡muestren al mundo que Cristo resucitado vive en ustedes!
No hace mucho, el Instituto de Investigación sobre la Religión Pública reveló nuevas estadísticas acerca de las religiones principales en el mundo. Según su estudio, el cristianismo continúa siendo la religión más grande del mundo con un 32.5% de la población mundial; y 16.2% de esos cristianos son católicos. Sin embargo, también descubrieron que el cristianismo es la religión que más va disminuyendo con el paso del tiempo. De hecho, han estimado que en 30 años, el cristianismo ya no será la religión más grande, sino la segunda más grande del mundo. Y parte de ello se debe a que el ateísmo continúa su crecimiento en muchos países europeos mientras que otras religiones están creciendo de una manera más rápida que el cristianismo. Pero la otra parte se debe a la forma en que respondemos a nuestro llamado a ser discípulos misioneros.
En lugar de preguntar «¿Por qué estamos disminuyendo?», las preguntas que debemos considerar son: «¿Cómo fue que de un pequeño grupo de 12 discípulos llegamos a ser 2.1 billones de creyentes cristianos?» «¿Qué hicieron los primeros discípulos que cautivó los corazones de la gente?»
Y la respuesta se encuentra en el libro de Los Hechos de los Apóstoles.
Estoy seguro que usted se dio cuenta que en el Tiempo Pascual, cada domingo, la primera lectura se toma del libro de Hechos, y la razón por la que la Iglesia hace eso, es porque queremos enfatizar la alegría que los discípulos sintieron luego de su experiencia con Jesús resucitado.
La Pascua no es solo un día; no es solo un domingo. El Tiempo Pascual dura 50 días, y es el tiempo litúrgico más largo de la Iglesia— ¿Por qué?, porque en el libro de Los Hechos de los Apóstoles, san Lucas, el mismo autor del evangelio, quiere comunicarnos que es precisamente la alegría de la resurrección en los rostros de los apóstoles la que tocó los corazones de la gente.
Una y otra vez, a causa de esa alegría, san Lucas escribe en su libro que miles y miles de creyentes se integraban al grupo a diario. Había unidad; había caridad, generosidad, afecto sincero por su prójimo, y la gente quedaba tan asombrada que anhelaba ser como ellos.
Los apóstoles creían que la vida eterna comienza aquí y ahora. Estamos llamados a ser discípulos alegres y generosos. En las palabras de santa Teresa de Jesús: «Estamos llamados a vivir nuestras vidas como si ya estuviéramos en el cielo».
Jesús dijo en una ocasión que su Iglesia jamás sería destruida, y creo firmemente en ello, pero si no hay testigos de la resurrección, si no hay alegría en nuestro discipulado, si la generosidad y la caridad ya no son parte de nuestra vida diaria, ¿cómo queremos que la gente nos mire como ejemplo? ¿Cómo esperamos crecer como comunidad de creyentes?
Si los cristianos lucieran un poco más redimidos, nuestras comunidades, de verdad, seguirían creciendo.
El Padre Homero se desempeña como Vicario Parroquial a tiempo parcial, Parroquia St. Joseph, Jasper; y la parroquia de St. Mary, Huntingburg.