Celebrando a la Patrona de las Américas

Por Bertha Melendres

Especial para el mensaje

El obispo Joseph M. Siegel, al centro, celebra una misa en la Catedral de San Benito el 12 de diciembre, fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe, Patrona de las Américas. Junto al obispo Siegel están el padre Bernie Etienne, a la izquierda, párroco de la parroquia del Santo Rosario en Evansville; el padre Alex Zenthoefer, rector de la catedral; el Diácono José Garrido de la Parroquia Santo Rosario; Matt Miller, director de la Oficina diocesana de Culto, quien se desempeñó como maestro de ceremonias; el Diácono Jorge Melendres de la Parroquia Santo Rosario; y el Padre Martín Estrada, vicario parroquial de la Parroquia Santo Rosario, quien sirvió como homilista.

Las apariciones de Nuestra Señora de Guadalupe en el invierno de 1531, en la colina del Tepeyac y finalmente en la tilma de San Juan Diego cambiaron la fe de una nación, una nación que estaba sumergida en la división, la incomprensión, la violencia y la guerra. Santa María de Guadalupe, como se llamó a sí misma, vino a cambiarlo todo, convirtiendo a millones a la fe Católica.

A casi 500 años de las apariciones todos celebramos a nuestra Madre del cielo, y el 12 de diciembre es un día muy especial para todos los mexicanos y todos los que viven en el continente americano. Es la fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe, Patrona de las Américas. Las Comunidades Hispanas de nuestra Diócesis celebraron a Nuestra Señora de Guadalupe en las seis parroquias con un Ministerio Hispano. Algunos tuvieron Las Mañanitas el 11 de diciembre la víspera de su fiesta. Las Mañanitas es una canción tradicional de cumpleaños que se ha convertido en mucho más que una simple canción a Nuestra Señora, muchos cantantes le ofrecen serenata a nuestra Santísima Madre con todo tipo de canciones que muchos han escrito para ella a lo largo de la historia.

El Padre Juan Ramírez, vicario parroquial de la Parroquia de Nuestra Señora de la Esperanza en Washington, celebró Misas por la Fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe en Nuestra Señora de la Esperanza y en la Basílica Menor de San Francisco Javier en Vincennes. Esta foto muestra a algunos de los fieles que se reunieron para la Misa en Vincennes. La segunda foto muestra la procesión en Washington. Foto cortesía del Padre Juan Ramírez, especiales para El Mensaje

Es típico ver danzantes indígenas tradicionales bailando para Nuestra Señora, el baile es la forma más alta de oración en la cultura indígena. A veces hay obras de teatro o representaciones de las apariciones. Los feligreses también rezan el rosario en la mayoría de los lugares, las Mañanitas pueden comenzar desde temprano en la noche hasta las 12 am cuando celebrarán una misa. Este evento a veces se puede modificar para adaptarse a las necesidades de la comunidad. Por ejemplo, es posible que no recen el rosario, o cambien los horarios, cuando esto sucede, generalmente tienen la misa al día siguiente.

Este año, Nuestra Diócesis celebró Las Mañanitas reuniendo a cientos de personas como una familia, en San Francisco de Asís en Dale, San José en Jasper San Francisco Javier en Vincennes, Nuestra Señora de la Esperanza en Washington y El Santo Rosario en Evansville. Hubo misas celebradas el 12 de diciembre en San Francisco de Asís en Dale, Santa María en Huntingburg, y el obispo Siegel celebró una misa bilingüe en la Catedral de San Benito, que reunió a más de 400 personas de muchas nacionalidades. Esta Misa y Celebración fueron organizadas y planeadas en esfuerzos combinados de la parroquia del Santo Rosario y la Oficina Diocesana del Ministerio Hispano.

La Directora del Coro Linda Sánchez de la parroquia del Santo Rosario reunió al coro de adultos hispanos y al coro de niños de la escuela para la hermosa música que disfrutamos en la celebración. Había dos grupos diferentes de danzantes, uno de ellos era un grupo de adolescentes, que al igual que el de adultos practicaron durante meses para este evento especial. La comunidad del Santo Rosario se unió para hacer más de 600 tamales, y para hacer los hermosos arreglos de rosas. También nos acompañó un mariachi de Indianápolis, los caballeros de Colón estuvieron presentes. Nuestra Señora realmente nos reunió a muchos de sus hijos quienes le ofrecieron su servicio y talentos a Nuestra Señora en esta fiesta tan alegre.

La imagen de Nuestra Señora de Guadalupe tiene en sí misma tres mensajes diferentes. Uno para los indígenas que se convirtieron al cristianismo y se volvieron al Dios por quien se vive y a esta joven doncella como su madre celestial, ella que les devolvió su dignidad y restauró la paz en su nación. El segundo mensaje fue para los conquistadores españoles que habían invadido esta nueva tierra, ella era "La mujer vestida del sol, coronada de estrellas y la luna bajo sus pies", como se encuentra en el libro del Apocalipsis. La madre de Dios, a quien conocían y que había estado con ellos en sus batallas. Ella les hizo darse cuenta de que eran un solo pueblo, de razas mixtas, el pueblo de Dios.

Y el último mensaje es para nosotros hoy, porque la imagen de Nuestra Señora sigue revelando todo tipo de pruebas científicas de esta aparición milagrosa. La Virgen María sabía que las personas de las generaciones futuras tendrían las herramientas para encontrar esos mensajes ocultos en su imagen, como encontrar las 13 pequeñas figuras en el reflejo de sus ojos, o poder ver las constelaciones en las estrellas de su manto. Con esta imagen que no fue pintada por ninguna mano humana, y los científicos no pueden explicar cómo es que no tiene pinceladas, que no hay rastro de pintura que se conozca en el mundo y que incluso después de 500 años este humilde Ayate, o Tilma aún no se ha descompuesto o desaparecido. Nuestra Señora de Guadalupe todavía nos está hablando a cada uno de nosotros. No es de extrañar que esta imagen y vocación de María se haya extendido por todo el mundo.

Nuestra Madre celestial que nos trae este llamado a la unidad también en nuestros días, que continúa trayendo consuelo, alegría y paz con su amor maternal. El 12 de diciembre todos nos acercamos a ella como ella quería, ya que le dijo a Juan Diego: "Debo mostrar mi tierna clemencia y compasión por todos aquellos que me aman y me buscan. Para todos los que imploran mi protección, que me invocan en sus labores y aflicciones... ¿No estoy yo aquí, quién soy tu Madre? ¿No estás bajo mi sombra y protección?”

Nuestra Señora de Guadalupe ¡Ruega por nosotros!

Bertha se desempeña como directora de la Oficina del Ministerio Hispano.