By Father Homero Rodriguez
Because I am Catholic!
Editor’s note: The Spanish translation appears below.
In the Old Testament, when God calls and appoints people to proclaim his message, the men and women he chooses always have, at least, these two essential virtues: a simplicity of heart and a willingness to serve. Jesus does the same thing in the New Testament; when he calls people to himself, rather than electing experts on sacred Scriptures, he opts for people who show a desire to serve.
Thus, we are not surprised that when we look at all the apparitions of our Blessed Virgin Mary, she follows the example of her son. The people she appears to have these same virtues.
Our Lady of Guadalupe appeared to a humble, indigenous peasant, and entrusted him with a special mission.
We all know the basics of the story. Our Lady asked him to build her a shrine in order for her to show and share her love and compassion with all those who believe.
Archbishop Zumárraga did not believe Juan Diego and requested proof of his story and proof of the Lady’s identity.
Juan Diego returned to the hill and encountered Our Lady again. The Virgin told him to climb to the top of the hill and pick some flowers to present to the Archbishop.
Although it was winter and nothing should have been in bloom, Juan Diego found an abundance of flowers of a type he had never seen before. The Virgin bundled the flowers into Juan's tilma (cloak), and when he presented the tilma of exotic flowers to Zumárraga, the flowers fell out and he recognized them as Castilian roses, which are not found in Mexico. What was even more significant, however, was that the tilma had been miraculously imprinted with a colorful image of the Virgin herself.
As with many of the prophets of old when they were first sent on mission, Juan Diego was also afraid. He was obedient, humble, and willing to serve, but he considered himself unfit for the task. However, Our Blessed Mother made it clear to him that it was him she wanted. In his lowliness, Our Lady saw greatness; in his willingness to serve, despite his own fears, Our Lady saw the possibility to touch the hearts of future generations.
The lesson here is clear: when the Lord calls us for a specific mission or task, our first reaction may be of resistance or unworthiness. But we must always remember that as long as we have even the slightest desire to serve and a simplicity of heart, the strength will come; the hand of God will be there to guide us.
Father Homero serves as part-time Parochial Vicar at St. Joseph Parish in Jasper and St. Mary Parish is Huntingburg.
Dispuestos a Servir
Por el Padre Homero Rodríguez
Porque soy Catolico!
En el Antiguo Testamento, cuando Dios llama y designa a la gente para proclamar su mensaje, los hombres y mujeres que elije siempre poseen al menos estas dos virtudes esenciales: sencillez de corazón y disposición para servir. Jesús hace lo mismo en el Nuevo Testamento; cuando les hace el llamado, en lugar de elegir a expertos en las Sagradas Escrituras, prefiere gente que tenga deseos de servir.
Así, pues, no nos sorprende que cuando vemos las apariciones de Nuestra Señora, la Virgen María, ella también sigue el ejemplo de su hijo. Las personas a las que ella se aparece poseen también las mismas virtudes.
Nuestra Señora de Guadalupe se le apareció a un humilde campesino indígena, y le encargó una misión especial.
Todos sabemos lo esencial de la historia. Nuestra Señora le pidió que se le construyera un santuario para ella poder demostrar su amor y compasión a todo creyente. El Arzobispo Zumárraga no le creyó a Juan Diego y le pidió pruebas de que decía la verdad, y pruebas de la identidad de la Señora.
Juan Diego regresó al monte y se encontró de nuevo con nuestra Señora. La Virgen le pidió que subiera a la cima del monte y recogiera algunas flores para presentárselas al Arzobispo. A pesar de que era invierno y nada habría florecido, Juan Diego encontró una gran variedad de flores que nunca antes había visto. La Virgen envolvió las flores en la tilma de Juan, y cuando le presentó las flores exóticas a Zumárraga, éstas cayeron y él las reconoció como rosas de castilla, las cuales no se daban en México. Lo más significante aún fue que sobre la tilma quedó impresa milagrosamente la imagen colorida de la Virgen misma.
Al igual que ocurrió con los profetas antiguos cuando fueron enviados en misión, Juan Diego también tuvo miedo. Fue obediente, humilde, y estaba dispuesto a servir, pero él se consideraba a sí mismo no apto para la misión. Sin embargo, Nuestra Señora le dejó bien claro que era él a quien ella quería. En su pequeñez, Nuestra Señora vio grandeza; en su disposición a servir, a pesar de sus propios miedos, Nuestra Señora vio la posibilidad de tocar los corazones de futuras generaciones.
El mensaje aquí es claro: cuando el Señor nos llama para una misión o un encargo, aunque a veces mostremos resistencia o sintamos que no somos dignos, debemos recordar que mientras tengamos el deseo de servir y una sencillez de corazón, Dios nos dará la fuerza; la mano de Dios será nuestra guía.
El padre Homero se desempeña como vicario parroquial a tiempo parcial en la parroquia St. Joseph en Jasper y la parroquia St. Mary en Huntingburg.